Para Rodrigo.

   
Para Rodrigo:

 Existió una vez hace muchos... muchos siglos y antes de que el tiempo fuera tiempo; una montaña en lo más alto del mundo en donde se decía que los Dioses llenaban del saber del infinito a quien fuera digno. Los hombres llegaron siguiendo al sol de oriente a la montaña para buscar refugio y respuestas en los cielos. Mas los hombres eran engreídos y se sintieron con el derecho de proclamar suyas las tierras. Las criaturas de la montaña, que habían llegado primero, se llenaron de enojo, pues veían a los hombres sentirse superiores tirando árboles, ensuciando las aguas, desgarrando las flores y masacrando animales sin compasión ni respeto. Fue entonces que, por orden del lobo, quien era el rey de las criaturas, que se desató una feroz batalla entre hombres y animales por el derecho a las tierras.

Pasaron 5 días con sus 5 noches en las que seres de ambos bandos perdieron la vida llenando de sangre los ríos y tiñendo de rojo las nieves. 

El Dios Dragón, quien era el protector de la montaña y los alrededores entristeció al ver tanto dolor causado por la guerra, intervino y encerró al demonio de la discordia quien había nublado los ojos de hombres y criaturas en una cueva. Llamó al rey Lobo y al rey de los hombres y les dijo que no deseaba ver mas muertes en su montaña. Tomó sus ojos, le dio uno a cada rey y les prometió conocimientos siempre que a cambio reinara la paz. Los reyes ordenaron parar las guerras y cada uno guardó su ojo en un templo que era custodiado por los mejores guerreros y magos de los hombres y por los animales más fieros e inteligentes. Así por miles de años los hombres vivieron en armonía con las criaturas nativas de la montaña respetándose unos a los otros. 

Sucedió que cierto día el demonio de la discordia se escapó de la cueva y sintió envidia de la paz del pueblo de las montañas así que decidió reunir a los demás demonios para ir robar los ojos del Dios Dragón. Un pequeño zorro que paseaba por esos lares escuchó el terrible plan y decidió subir a la montaña para dar aviso. 

Llegó al templo sagrado donde se encontró primero con los guerreros de los hombres. Más el demonio de la soberbia,  había llegado primero y  nubló los ojos de los guerreros, quienes dudaron y le dijeron que un zorro no era lo suficientemente listo para entender el lenguaje de los demonios, se rieron de él y lo corrieron a pedradas.

Pero el zorro era astuto y al ver que los guerreros no ayudarían los burló y avanzó dentro del templo. 

Se encontró después con los animales más fieros e inteligentes y les contó lo que sabía. Más el demonio de la vanidad había llegado primero y nubló los ojos de las criaturas, quienes le dijeron que inventaba esa historia para tratar de asustarlos porque les tenía envidia, se rieron de él y lo corrieron a gruñidos y aullidos. 

Pero el zorro era astuto y al ver que los animales no ayudarían los burló y avanzó dentro del templo.

Topó entonces con los magos y les contó lo que sabía. Más el demonio de la envidia había llegado primero y nubló los ojos de los magos, quienes se molestaron y le dijeron que ningún zorro era tan poderoso como para entender a los demonios, se rieron de él y lo corrieron a maleficios y hechizos. 

Pero el zorro era astuto y al ver que los magos no ayudarían los burló y llegó al centro del templo donde estaban escondidos los ojos del Dios Dragón.

La Discordia  ya tenía uno de los ojos entre sus garras. y el zorro al darse cuenta, se lanzó en contra de ella, quien al ver la bravura del zorro ordenó a los demás demonios huir y llevarse el ojo que habían robado.El zorro tomó el ojo que quedaba, se lo tragó para protegerlo y decidió seguir a los demonios para recuperar el que habían robado. 

Los hombres cegados por la Discordia, fueron en busca del zorro para darle caza creyendo que él había sido el ladrón y los animales Cegados por la discordia, creyeron que los hombres habían robado los ojos y fueron tras ellos para darles batalla. 

El zorro había seguido a los demonios y fue a enfrentarlos. Más los demonios eran muchos, se burlaron de él y lo molieron a golpes. Pero el zorro era astuto, los burló, se tragó el segundo ojo que ellos habían robado y huyó. 

La discordia, molesta porque su plan había fallado, fue en busca de las criaturas y los hombres. Les llenó la cabeza de rabia y furia. Los hombres, que eran los más débiles de voluntad, durante toda una noche  buscaron al zorro para castigar su robo. Fue al amanecer que el zorro fue acorralado, llevado a juicio y condenado a muerte para castigar el supuesto crimen. El zorro, sabiendo que era inocente, prefirió la muerte a develar a la Discordia que los ojos se encontraban dentro del él. Cuando los animales llegaron enfurecieron al ver al zorro muerto y se prepararon para pelear contra los hombres. 

Pero al ver muerto al zorro el Dios Dragón enfureció y bajó de las nubes para castigar a la Discordia, quien fue encerrada nuevamente en la cueva para que no pudiera salir nunca más. El Dios Dragón  se llevó al espíritu del zorro, liberó a hombres y animales de los maleficios de los demonios para que volvieran a ver con claridad en sus ojos, más habían permanecido cegados tanto tiempo que olvidaron al pequeño zorro y su actuar.

 Una mañana mientras los hombres meditaban se vio bajar de las nubes al Dios Dragón con el zorro en sus lomos. Hombres y animales supieron y recordaron entonces el sacrifico del zorro, le erigieron una pequeña estatua en el templo del Dios Dragón como recordatorio de su valor y nunca más hubo guerra en la montaña. 

Miles de años pasaron, hombres y animales olvidaron la lengua universal, tomaron rumbos distintos y el pueblo de la montaña olvidó al zorro y al Dios Dragón. 

Nacieron nuevos tiempos y nuevos hombres que, siguiendo nuevamente el sol de oriente en busca de paz y conocimiento en los cielos, llegaron a la montaña. El Dios Dragón sigue custodiandola protegiendola y velando su paz, mientras el zorro, que lleva en sus ojos la mirada del Dragón, viaja en su lomo y como recompensa a su valor miles de años atrás en el pueblo de la montaña. 

Algunos, los más sabios, dicen que si uno encuentra la montaña y mira al cielo al amanecer puede ver un enorme dragón blanco en las nubes y sobre el la figura de un zorro mirando al horizonte.