Sobre mi

Mi foto
30 Profesionista

viernes, 27 de mayo de 2022

PASO 1. "El Reclamo"

Sólo venía a despedirme. 
A despedirme de aquel amor antiguo que formé para ti con la esperanza de sanar nuestra alma.  Frente a frente te doy la cara para decirte que me heriste a matar. Que te descubrí coqueteando múltiples veces cuando tú me pedías que confiara en ti con la burda justificación de que los atractivos vamos a recibir halagos todo el tiempo. Y te vi contestar y sonreír y usar palabras dulces con otras. Te vi elegir no escribir en mis muros, ni publicar nuestras fotos, ni presumirte enamorado alegando que eso no te nace. Me reclamaste 10 veces porque yo no promocionaba tus andanzas, tu trabajo, tu existencia... Pero cómo podía hacerlo si tú evitaste a toda costa que se enterara el mundo de lo nuestro. Porque me querías contigo y al mismo tiempo te querías libre y tu necesidad de validación externa te consumía el ego. Ese mismo ego que no te dejaba ser conmigo. Tan temeroso de amar, tan colérico de sentir afecto por mí. Y te vi caer y recaer en los vicios, en el dolor, en la oscuridad y aún así te amé. Te amé hasta que me quedé sin tiempo, sin amigos, sin familia, sin mí... Quería darte todo, regalarte mi ser, mis dichas, mis temores, mis tritezas y mis logros. Pero todo se quedaba en promesas, en patrañas, en una lista de todo lo que no hicimos, en un consejo de confianza cuando tú no confiabas en mí. Me reñiste por defenderte de mis antiguos amores, por decirles que te amaba y que te respetaba y no habértelo dicho a ti. Y crucificada tomaste eso de escudo para justificar tus relaciones con tus propias aventuras. Para decirme que estoy enferma de celos por ver cosas que según tú no tienen nada de malo. Y si no tienen nada de malo porque no las conozco? Si ya no te importan por qué las escondes? Por qué evitas decirme que vas con ellas y a ellas... Como confiar cuando a mí no me deseas? Cuando te forzas para hacerme el amor, tocarme a media gana, llamándole espectacular y bellísima a otra mientras a mí un beso te costaba la vida. Rogándote amor y atención... Yo quería que me hicieras tuya mientras tú me volteabas el cuerpo para dormir. Preferias los videos, la soledad, el recuerdo de mejores días tal vez. Quería ser tu musa. Me daba celos lo feliz que me contabas como fotografiaste a otras y las llamaste arte, como pintaste a otras y las llamaste arte, cuando les escribiste a otras y las llamaste arte. Te vi... Te vi esconderte para ver fotos, para responder mensajes, colgar llamadas... Te vi esconderme. Y creías que no me daba cuenta. 
Pero mi amor era tan grande... Que lo pasé. Me dolía y lo pasé. Porque te amé más a ti que a mí. 
Te vi llevarme a tus espacios, a tu casa, a tus lugares y sentirte incómodo conmigo mientras al mismo tiempo me necesitabas ahí. Te vi nunca interesarte en mis espacios, en mi casa y en mis lugares. Te vi incomodarte con mi gente. Te vi incomodarte con las cosas que me daban luz. Sin interés en mi familia, en mis amigos, en mis historias. Sólo estabas cómodo contigo, en tu mundo. Donde primero eran todos y al final yo. 
Porque yo siempre estaba... Cuando querías, cuando podías... Hasta que me cansé. Me cansé aquel día que me humillaste en mi espacio de seguridad, ese día que me reprochaste el dinero como si me vistieras de Versace, ese día que me dejaste en aquel lugar lejano sin preocuparte de cómo iba a regresar, ese día que me gritaste y me dijiste que estabas cansado de mi. Ese día decidí que quería irme. De verdad quise irme. Pero mi amor siguió siendo más grande. Más grande que tú y que yo. Y elegí hablar, mejorar, crecer y perdonar. 
Por eso... Sólo vine a despedirme. A despedirme de ti, de nuestro viejo amor, de todas aquellas heridas, de todas aquellas lágrimas, de quién fuí y de en quién me convertí. 
Vine a despedirme para decirte hola de nuevo. 
Con mi nuevo yo y el nuevo tú y el nuevo nosotros. 
Adiós mi niño. Ya puedo soltarte...
Tomemos muestras manos de nuevo.