Me he pasado noches enteras preguntándome que podría hacer para mejorar. Para acercarme más a mi mejor versión. Para ser más comprensiva, más segura, más tolerante, más amorosa, mas empática, más recíproca, más abundante...
Con esta sensación de lucha, como si necesitara todo el tiempo algo para que estés contento. Como si tuviera que competir por tu afecto. Cómo si cubrir mis necesidades me hiciera tóxica, egoísta... Y duele.
Hace unos días estabas tan raro, tan ausente, tan visceral, requerido de espacio, de soledad... Te lo dí.
Hace otros días estabas romántico, festivo, amante, solicitante de compañía... Te la dí.
Mi vibra me lo decía. Se cayó tu retrato de mi pared. La energía nunca miente. Yo sabía que algo pasaba. Te lo hice saber y como siempre me vi renegada de comentarios hirientes.
Exiges que se confíe en ti... Pero otorgas confianza a medias. Como si esconderme del mundo no fuera suficiente. Como si trabajar para tus ex amantes no fuera suficiente. Como si casualmente ser el mejor amigo y consejero de tus antiguos cuerpos no fuera suficiente. Ahora también... Tengo que soportar tu duelo por un viejo amor? Después de dos años conmigo... Aún te duele el pasado?
Pero la egoísta soy yo. La que no comprende soy yo. La que exige soy yo. La que nunca está conforme soy yo.
Me pregunto que pasaría si yo hiciera lo mismo. No lo toleras y lo tomas de bandera para justificar tus acciones. Me siento agotada.
Te amo profundamente. Pero no estoy dispuesta a ser hamaca para que sanes lo que debiste haber sanado antes de enamorarme. Y no hablo de lo tuyo, de nuestras familias, de las vivencias, del abuso, del dolor... Pero sí de ellas ... Ellas a quienes si pintaste, si fotografiaste, si escribiste, si quisiste dejarlo todo, si deseaste... Si de ellas. Ellas con quienes tengo que competir por tu deseo de carne. Tengo el alma podrida de rabia por la rudeza de ru desprecio. Siento asco y odio y quiero correr. Pero mi amor me regresa. Harta de que no me toques. No me desees. No me abraces. No me ames!